Errores al alquilar una vivienda que debes evitar

Errores al alquilar una vivienda que debes evitar

Errores al alquilar una vivienda que debes evitar

Actualidad

 



Alquilar una vivienda puede parecer una tarea sencilla, pero lo cierto es que implica múltiples decisiones y detalles que, si se pasan por alto, pueden generar complicaciones, gastos imprevistos o incluso problemas legales. Desde la falta de información hasta la firma apresurada de un contrato, muchos errores son más comunes de lo que se piensa. A continuación, repasamos los más habituales para ayudarte a evitarlos y garantizar una experiencia segura y satisfactoria en el proceso de arrendamiento.



No revisar bien el contrato de alquiler



Uno de los fallos más frecuentes es no leer con detenimiento el contrato de arrendamiento. En ocasiones, por prisas o desconocimiento, los inquilinos aceptan cláusulas que podrían perjudicarles a largo plazo. Es fundamental asegurarse de que el contrato incluye todos los aspectos esenciales: duración del alquiler, importe de la renta, condiciones de renovación, responsabilidades de mantenimiento, penalizaciones por rescisión anticipada y qué gastos están incluidos o no (como comunidad, agua, luz o tasa de basuras).



Además, es recomendable solicitar una copia anticipada del contrato para revisarlo con calma e incluso contar con la opinión de un profesional si hay términos jurídicos que no se comprenden del todo.



No comprobar el estado del inmueble



Algunos inquilinos cometen el error de no revisar adecuadamente la vivienda antes de firmar. Es esencial inspeccionar todos los rincones del inmueble: puertas, ventanas, grifos, enchufes, electrodomésticos, calefacción y aire acondicionado, si los hubiera. También conviene comprobar la presión del agua, el estado de las paredes y suelos, y que no haya humedades ni desperfectos ocultos.



Es aconsejable realizar un inventario junto al propietario, con fotografías incluidas, para dejar constancia del estado exacto de la vivienda en el momento de la entrega de llaves. De este modo, se evitan malentendidos o reclamaciones injustas al finalizar el contrato.



No verificar la legalidad del arrendamiento



Otro descuido frecuente es no asegurarse de que el alquiler cumple con la normativa vigente. Existen casos de viviendas alquiladas por personas que no son los legítimos propietarios o que no tienen derecho a arrendarlas. Para evitar fraudes, es importante solicitar al arrendador documentación que acredite la propiedad del inmueble o el poder legal para alquilarlo.



También es esencial verificar que la vivienda dispone de cédula de habitabilidad y certificado energético, documentos que garantizan que el inmueble reúne las condiciones mínimas para ser habitado.



Dejarse llevar por las prisas



La urgencia por encontrar vivienda puede llevar a decisiones impulsivas. Firmar un contrato sin visitar otras opciones o sin comparar precios en la zona puede suponer pagar más por un piso que no reúne las condiciones deseadas. Es recomendable tomarse el tiempo necesario para buscar, visitar y analizar diferentes alternativas antes de decidir.



Además, cuando hay mucha demanda, algunos propietarios o agencias imponen condiciones poco negociables. Aunque la presión sea alta, es importante no aceptar imposiciones que no estén claras o que generen dudas. El contrato debe reflejar siempre una relación equilibrada entre ambas partes.



No tener claras las condiciones económicas



En ocasiones, los futuros inquilinos no preguntan con detalle cuáles serán los pagos mensuales y los gastos asociados. Más allá del importe del alquiler, hay que tener en cuenta si se exige una o varias mensualidades de fianza, si hay que pagar por adelantado el mes en curso, y si se solicita algún tipo de aval o garantía adicional.



También conviene preguntar si existen otros costes, como seguros obligatorios, tasas municipales o gastos de mantenimiento. Un error común es asumir que todos estos elementos están incluidos, cuando en realidad pueden representar un gasto adicional importante.



No exigir recibos ni contratos por escrito



Aunque pueda parecer sorprendente, todavía existen casos en los que se cierran acuerdos de palabra o pagos en metálico sin justificación documental. Esta práctica es peligrosa para el inquilino, ya que, en caso de conflicto, no tendrá pruebas que respalden su versión.



Todo acuerdo debe constar por escrito y cada pago debe justificarse con un recibo, especialmente si se efectúa en efectivo. Los contratos verbales carecen de las garantías legales necesarias para proteger a las partes implicadas.



No tener en cuenta la ubicación y servicios del entorno



Más allá del estado del piso, es importante valorar el entorno. A veces, un alquiler puede parecer una buena oportunidad por su precio o tamaño, pero si está mal comunicado, lejos del lugar de trabajo o estudio, o en una zona con problemas de seguridad o servicios deficientes, puede convertirse en una carga.



Es recomendable visitar el barrio a diferentes horas del día, comprobar la existencia de transporte público cercano, tiendas, centros médicos y otros servicios esenciales antes de comprometerse con el contrato.



No informarse adecuadamente



Uno de los errores más graves es lanzarse al alquiler sin informarse. Conocer la normativa vigente, los derechos y obligaciones tanto del inquilino como del propietario, y las condiciones del mercado ayuda a tomar decisiones fundamentadas. Por eso, si buscas más información, te invito a leer el artículo publicado en murciadiario.com sobre los pasos para alquilar, que ofrece una guía útil y clara para quienes se enfrentan a esta situación por primera vez.



 



 

Judith FeliuErrores al alquilar una vivienda que debes evitar
posicionamiento en buscadores