La naturaleza de las donaciones humanitarias es ayudar a personas afectadas y en condiciones de vulnerabilidad, pero la dictadura cubana vende los donativos y no es transparente sobre el uso y manejo de estos recursos.
Tras el paso de los ciclones Oscar y Rafael y dos sismos en noviembre, varias naciones y organizaciones internacionales han enviado grandes cantidades de dinero y productos a Cuba.
A finales de noviembre trascendió que Venezuela envió una donación de 200 toneladas de materiales como colchones, láminas de zinc, tubos de herrería y artículos de cocina.
Con anterioridad, el régimen venezolano había donado 10 mil colchones matrimoniales, 10 mil láminas de zinc galvanizado, 20 mil tubos de hierro y productos de higiene personal.
Por otro lado, Noruega ha donado 1 millón 110 mil dólares a la dictadura cubana en concepto de ayudas desde octubre. El último donativo fue de 110 mil dólares a través de la Federación Internacional de la Cruz Roja (IFRC).
Recientemente, la Unión Europea (UE) aportó 2,7 millones de euros para asistir a los damnificados. Antes había dado 400 mil euros para ayuda alimentaria y médica en la provincia de Guantánamo y 200 mil euros adicionales a la Cruz Roja Internacional.
Por su lado, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) envió 680 mil dólares para los damnificados del huracán Oscar.
México, Brasil y Japón han donado comida, materiales de construcción, suministros médicos y tiendas de campaña indistintamente.
Nuestra redacción ha intentado obtener información sobre mecanismos específicos de control y fiscalización de los donativos, pero no hemos obtenido una respuesta al respecto. @ADNCuba
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