Por Karla Pérez
En el contexto del Día Mundial del SIDA este 1ro de diciembre, la situación de las personas con esta enfermedad en las cárceles de Cuba sigue siendo un tema de gran preocupación.
Aunque el régimen presume de ambiciosas metas de salud pública para la lucha contra el VIH en la población general, la realidad es totalmente opuesta. Específicamente las personas privadas de libertad enfrentan condiciones alarmantes, con denuncias constantes de maltrato, falta de atención médica adecuada, mala alimentación y deficiencias en la provisión de medicamentos esenciales.
Cabe aclarar que el Reglamento de Ejecución Penal de Cuba reconoce que en el país existen prisiones de tipo 'especial' para personas con VIH/Sida. Algunos de estos establecimientos penitenciarios están en San José de Las Lajas, en Mayabeque; Santa Clara, en Villa Clara; El Caguayo, en Santiago de Cuba; y en Holguín, según ha documentado la organización Justicia 11J.
Sin embargo, en varias de estas cárceles, como la llamada Cuba-Panamá, en Mayabeque, se han denunciado numerosas denuncias de abusos hacia los internos con VIH, quienes sufren no solo la falta de atención médica especializada, sino también la escasez de alimentos y medicamentos básicos.
Ana María García, madre de la presa política Brenda Díaz, paciente de VIH y recluida en la cárcel Cuba-Panamá, declaró a ADN Cuba que la alimentación en la cárcel es "pésima" y que los antirretrovirales son los únicos medicamentos que les proporcionan a los reos, sin ningún tipo de seguimiento médico. García agregó que "han muerto muchos reclusos por falta de atención" en dicho penal.
Sobre Díaz, dijo que "tiene gastritis crónica, VIH y presenta problemas en los riñones. Esa prisión no cumple los requisitos necesarios para atender a personas con VIH”.
Por su parte, Josefa Oramas, madre de Yilian Oramas García, otra prisionera política con VIH, denunció la falta de atención médica en la misma cárcel y la escasa alimentación. "Mi hija tiene diabetes crónica y ha estado en crisis por falta de comida y medicamentos", explicó. En ocasiones, ella debe enviarle los antirretrovirales a su hija a la prisión, confirmó a ADN Cuba.
Igualmente, Maritza García Rodríguez, tía de la presa política del 11J Daysi Rodríguez Alonso, denunció que la joven pasa hambre en la cárcel Cuba-Panamá y que ha sido víctima de negligencia médica. "La operaron de un nic 3 (neoplasia intraepitelial cervical de alto grado), un fibroma y un quiste y los puntos se los retiraron un año después (...) Aún tiene la herida abierta y no han hecho nunca nada por ella".
Actualmente a la presa política le salen moretones en el cuerpo y se desconoce su causa porque no ha recibido atención médica especializada.
Maltrato, negligencia y muertes en prisión
La falta de atención a la salud de los prisioneros con VIH no es solo una cuestión de deficiencias en los tratamientos, sino también de maltrato por parte de las autoridades penitenciarias. El activista y ex prisionero político Ángel Moya destacó que no solo las personas con VIH, sino también el resto de los prisioneros, sufren abusos constantes en las cárceles cubanas.
Moya se refirió específicamente a los reportes de malos tratos y de mala alimentación en la prisión Cuba-Panamá, donde muchos internos con VIH viven en condiciones insalubres y son víctimas de agresiones físicas por parte de los funcionarios. Recordó que en varias ocasiones la presa política y Dama de Blanco Jacqueline Heredia, recluida allí, ha denunciado esta situación. Incluso señaló el robo de medicamentos por parte de funcionarios del penal.
Un caso alarmante fue el de Luis Carlos Amador, quien murió en enero de 2024 en la misma prisión, después de sufrir un ataque epiléptico y no recibir asistencia médica a tiempo. La denuncia realizada por Moya en esa oportunidad sostenía que los guardias no le prestaron auxilio cuando lo necesitaba, lo que finalmente llevó a su fallecimiento.
Al respecto de esto, la organización Archivo Cuba subregistró tres muertes de personas con VIH bajo custodia estatal entre 2012 y 2022 en el país, las cuales ocurrieron en cárceles de La Habana, Pinar del Río y Mayabeque.
Además, otras denuncias, como la de Heriberto Téllez Reynosa desde la prisión El Caguayo en Santiago de Cuba, revelan la grave escasez de alimentos y medicamentos. Téllez relató en febrero anterior que los reclusos con VIH apenas reciben dos o tres horas de sol a la semana y que las condiciones para enfrentar el frío son mínimas.
Camila Rodríguez, directora del Centro de Documentación de Prisiones Cubanas (CDPC), advirtió que, aunque algunos centros de reclusión están destinados exclusivamente a personas con VIH, estas cárceles siguen enfrentando los mismos problemas que el resto de las prisiones del país. "Se han creado centros donde se ha aislado a la población reclusa con VIH, pero a la larga, este sistema específico de separación implementado por el régimen solo ha aislado mucho más a estas personas y la separación no se ha traducido en garantías para su seguridad y bienestar", añadió.
El CDPC ha registrado denuncias relacionadas con el estado de salud de al menos 15 personas que han vivido con VIH y han estado privadas de libertad. Además, tienen en sus registros a cuatro personas que viven con VIH y son prisioneras políticas.
"Los penales donde permanecen las personas reclusas que viven con VIH enfrentan todos y cada uno de los abandonos y carencias que el resto de los penales del país", acotó Rodríguez.
Financiamiento de organismos internacionales. ¿Qué hace el régimen con el dinero?
Según datos obtenidos de la revisión de documentos del Global Fund to Fight AIDS, Tuberculosis and Malaria, en su Plan Estratégico Nacional (PEN) para el período 2024-2026, Cuba se ha comprometido a garantizar que el 95% de las personas diagnosticadas reciban tratamiento antirretroviral (TAR) cada año. Además, las metas nacionales incluyen que un porcentaje significativo de la población con VIH estimada por ONUSIDA sea diagnosticado y reciba TAR.
Segun la información de solicitud realizada por la parte cubana, este apoyo internacional está focalizado en 34 municipios prioritarios, donde se concentran los casos más graves de VIH, particularmente en la población de hombres que tienen sexo con hombres (HSH). Datos oficialistas publicados el 26 de noviembre de 2024 en la página web del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) evidencian que el régimen recibe fondos de ambos organismos. Sin embargo, en las prisiones, continúan las denuncias de maltrato y falta de tratamiento adecuado para las personas que viven con VIH.
Manuel Romero Placeres, jefe del Programa Nacional de Control y Prevención del VIH en Cuba, recordó que el tratamiento PrEP fue introducido en Cuba en el año 2019, como parte de un proyecto piloto con apoyo técnico y financiero de la Organización Panamericana de la Salud, el PNUD y el Fondo Mundial.
Años más tarde, en abril de 2024, implementaron el programa “Expansión de los servicios diferenciados de VIH en Cuba“, con apoyo de estos tres organismos, que cubre 36 policlínicos y 7 espacios comunitarios de todas las provincias cubanas y el municipio especial Isla de la Juventud.
Si bien Cuba se ha comprometido a cumplir con las metas globales de ONUSIDA, como el objetivo 95-95-95 (95% de diagnóstico, 95% de tratamiento, 95% de supresión viral), la realidad en las cárceles del país y fuera de ellas es que muchas personas con VIH no tienen acceso a los cuidados básicos necesarios para su supervivencia.
ADN Cuba consultó a la Dirección de Establecimientos Penitenciarios, el Global Fund, PNUD y MINSAP para obtener un comentario al respecto, pero no ha recibido respuesta.
@ADNCuba