Táctica rusa de desinformación: acusar a Occidente de “socavar la democracia”

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Táctica rusa de desinformación: acusar a Occidente de “socavar la democracia”

Internacional

Una de las tácticas de desinformación rusa es acusar a Occidente de “socavar la democracia”. En una historia del 30 de agosto sobre las elecciones venezolanas del 28 de julio, Sputnik presenta a Nicolas Maduro como el verdadero vencedor de las elecciones.



El medio estatal ruso culpa a las narrativas occidentales de difundir desinformación, a pesar de la abundante evidencia de que el dictador chavista fue derrotado por la oposición democrática con un 67% de los votos, revela el análisis de la Asociación de Noticias Digitales (DNA, por su sigla en inglés).



La plataforma alemana Statista, especializada en la recopilación de datos, con 22,500 fuentes provenientes de más de 150 países, reportó lo siguiente:



“El CNE (Consejo Nacional Electoral) de Venezuela declaró a Nicolás Maduro ganador de las elecciones de 2024 con el 51 por ciento de los votos. Esta es la tercera vez desde 2013 que los resultados oficiales le otorgan la presidencia a Maduro”.



Sin embargo, el gobierno venezolano “no presentó suficiente evidencia para respaldar dichos resultados. Tras el anuncio oficial del CNE, la oposición lanzó la plataforma ‘Resultados con Venezuela’, permitiendo a los ciudadanos subir las actas de distintos centros de votación. Estos resultados otorgaron la victoria a Edmundo González con aproximadamente el 67 por ciento de los votos.”



A pesar de que las actas publicadas demuestran lo contrario, según Sputnik, “el [Consejo Nacional Electoral de Venezuela] declaró a Nicolás Maduro como presidente electo para 2025–2031. De acuerdo con el boletín electoral, Maduro ganó las elecciones presidenciales con el 51%, contra el 44% de Edmundo Gonzales… El 31 de julio, Maduro pidió al Tribunal Supremo protección constitucional para evitar ataques al proceso electoral…”



El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, advirtió a terceros países que no apoyaran intentos de desestabilizar la situación interna en Venezuela”.



Esta narrativa es coherente con la estrategia de desinformación de Rusia, empleada para generar simpatía hacia gobernantes autoritarios y presentar a naciones más pequeñas como víctimas de la interferencia o propaganda occidental.



Esta narrativa también fue impulsada por la ex subdirectora del canal en español de Russia Today (RT), Inna Afinogenova, quien sugirió que las afirmaciones de victoria de la oposición eran fraudulentas y que obedecían al propósito occidental de desestabilizar el régimen de Maduro.



Afinogenova, que ahora es la presentadora de “La Base”, un programa de televisión online con el político español Pablo Iglesias, difundió estas declaraciones entre sus 474,000 suscriptores.



Como parte de su narrativa en pantalla, Afinogenova responsabilizó a las fuerzas de oposición de derecha por acusar falsamente al régimen de Maduro de manipular las elecciones, insinuando además que los venezolanos estaban agotados de escuchar denuncias de fraude electoral, las cuales, según ella, se habían vuelto exasperantes.



Rusia también ha afirmado que Venezuela es víctima de una “guerra híbrida”, una estrategia que crea confusión y caos en naciones extranjeras mediante el uso de desinformación y subterfugios.



Citando al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, y al psicólogo social Fernando Giuliani, Sputnik sugiere que fuerzas externas han intentado sabotear al régimen chavista desde que Hugo Chávez llegó al poder en 1998:



Esta narrativa es una cortina de humo para la estrategia de Rusia contra Occidente, ya que en los últimos años Moscú ha lanzado una serie de ataques híbridos contra naciones occidentales. Un ejemplo reciente de esto fue la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses.



En el mes de agosto, Venezuela fue el país más mencionado después de Ucrania, China y Argentina.



En otro intento de culpar a Occidente, el periódico argentino Perfil publicó un artículo de opinión del embajador de Rusia en Argentina, Dmitri Feoktistov, quien afirmó falsamente que la “política anti-rusa de la Unión Europea pone en riesgo el mercado alimentario global”, argumentando que las sanciones contra Moscú “complican el transporte, la logística y los pagos” y “hacen subir los precios” para “todos”.



El artículo añadía que la UE “está chantajeando a otros países amenazando con aplicar sanciones secundarias” contra Rusia.



Sin embargo, mientras Rusia sigue engañando a América Latina, presentándose como defensora de aquellas naciones que requieren con urgencia importaciones de alimentos, su ejército ataca barcos civiles que los transportan, violando así la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), que garantiza la libertad de navegación y el uso pacífico de los mares.



Esta contradicción es un ejemplo de cómo Moscú se representa a sí mismo como un protector de las naciones más pequeñas cuando, de hecho, es el perpetrador de las fechorías que contribuyen a la pobreza y el hambre de esos mismos territorios.



Los comentarios del embajador son una muestra reciente de cómo Rusia traslada la culpa de los problemas de la cadena de suministro de alimentos hacia Occidente, alegando que las sanciones podrían causar escasez global de alimentos y hambruna, sin asumir la responsabilidad de haber iniciado y continuado la guerra.



En abril la agencia estatal de noticias rusa RIA “advirtió” que el apoyo de Occidente a Ucrania y sus envíos de armas podrían tener “consecuencias fatales”.



Esta narrativa destaca que Rusia es un exportador clave de granos y fertilizantes, por lo que, al restringir su capacidad de comerciar, Occidente está creando una crisis humanitaria global.



Desvía así la culpa hacia Occidente y advierte a observadores extranjeros que sufrirán graves consecuencias como resultado de las sanciones occidentales, omitiendo el empeño de Moscú en bloquear los puertos de envío de Ucrania y destruir su rica tierra agrícola, de trascendental repercusión en la cadena de suministro alimentaria global.



Los analistas y periodistas de DNA revisan diariamente la difusión de contenido de Rusia en sitios de noticias, redes sociales, medios estatales y páginas personales de funcionarios rusos, como parte de su Iniciativa de Seguimiento de Desinformación en América Latina.



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