Hace unos días, uno de los accesos a Olula del Río, fue escenario de un accidente que parece sacado de una comedia de enredos, si no fuera por la ironía que encierra. Un camión, cargado (supuestamente) con gasoil rojo, se dio la vuelta en plena curva. Claro, para cualquiera, esto sería solo un incidente de tráfico más. Pero… ¿de quién es este camión?
El gasoil rojo, como bien sabemos, está reservado para usos específicos y no precisamente cotidianos. Y aunque no es tarea de los ciudadanos comunes fiscalizar estos detalles, la pregunta está en el aire: ¿será que algunos de los personajes más conocidos de la zona tienen costumbres… creativas con el combustible?
Porque, al fin y al cabo, quienes ocupan cargos de cierta relevancia, ya saben, esos que todos tenemos en mente, tienen un deber de ejemplaridad. Y no solo en discursos, sino también en el manejo de vehículos y mercancías, especialmente cuando circulan por rutas tan visibles.
Esperemos que las autoridades aclaren la situación. Mientras tanto, queda la reflexión de siempre: predicar con el ejemplo es tan importante como manejar con precaución… o al menos, con las ruedas en su lugar.
Firmado: Cándido Enchufe de la Corte
