La obra es un viaje a contracorriente del pensamiento dominante sobre los aspectos que más deberían importarnos: el sentido y propósito de la existencia, el valor de las emociones, la búsqueda de la felicidad, la convivencia con el dolor y la fugacidad de la vida. Hoy, todos ellos han quedado marginados ante el fulgurante imperio de la tecnología; sin embargo, de la percepción de las personas sobre el sentido de su existencia emanan las cualidades más sabrosas y apetitosas de una vida plena.
En estos tiempos metaposmodernos vivimos a gran velocidad, nos proyectamos hacia el futuro y eludimos nuestra única realidad: el presente. Eso significa que apenas pensamos y, menos, saboreamos la vida. Las mentes aceleradas no armonizan con el disfrute de los pequeños detalles. La comprensión de nuestra existencia debería conducirnos a salvaguardar los valores netamente humanos que provienen de nuestras capacidades emocionales y cognitivas. Más del 90% de la existencia del Homo sapiens ha ocurrido en la sabana africana, en perfecta adaptación con el entorno. Esa capacidad adaptativa se ha ido perdiendo progresivamente y, a partir de la revolución industrial, la humanidad ha sufrido los cambios más rápidos y más drásticos en su estilo de vida. Sin embargo, nos persigue la maldición del paleolítico que el antropólogo Edward O. Wilson sintetiza en una frase: «Tenemos emociones paleolíticas, instituciones medievales y tecnología de dioses».
La propuesta de este libro es la de reflexionar sobre todos estos aspectos, pero desde la base del conocimiento, de la ciencia, la filosofía y la psicología. Soy consciente de que proponer pensar no resulta muy atractivo en estos tiempos. Sin embargo, confío en que pueda funcionar porque ¿quién alguna vez no se ha inquietado por el significado y propósito de su vida? Una cuestión que siempre ha intrigado a la humanidad y que ha sido fuente de angustia y desesperación.
Como filólogo siempre he tenido afición por la escritura, aunque las exigencias de mi profesión apenas me dejaban margen para escribir algunos artículos. Durante unos treinta años he trabajado en la industria farmacéutica, dirigiendo equipos comerciales, pero un accidente casual me mantuvo inmovilizado durante meses. Ese fue el origen de que mi mente volara y empezara a pensar de forma divergente que derivó en un cambio radical de mi vida y en la escritura de este libro. Hace un año estaba enfrente de una hoja en blanco y hoy son 332 páginas repletas de palabras y pensamientos que tienen la ambición de iluminar la vida de otros. Probablemente mi reto sea enorme, pero como decía Martin Heidegger, en su obra ¿Qué significa pensar?, lo que más merece pensarse en nuestro tiempo problemático es el hecho de que no pensamos. Quizá, esta osadía de reflexionar a partir del conocimiento es lo que hace que esta obra sea singular. «Un viaje hacia el significado y propósito de tu vida».