El oro siempre ha sido un bien altamente valioso desde la antigüedad. Encontramos numerosas referencias al oro en la literatura y mitología griega, romana, la nativa americana y la egipcia. El ser humano siempre ha estado fascinado con este metal dorado. El oro en la literatura a menudo se asocia con el poder, la opulencia, el deseo y una sensación de máxima perfección. Un cuento inolvidable de la mitología griega sobre un rey llamado Midas, explica mucho sobre la naturaleza humana. Deseaba que todo lo que tocara se convirtiera en oro. Una vez que concedió su deseo, se dio cuenta del terrible error que había cometido.
Durante el renacimiento, el oro se usó ampliamente en términos de su valor material y con fines simbólicos. O por ejemplo, en los famosos “Cuentos de Canterbury”, se usó el término oro, al trasmitir la idea de lo valioso del tiempo, el cual se pierde en la ociosidad; de hecho se llega a hacer la comparación de que la pérdida de tiempo es más lamentable que perder una reserva de oro.
Hasta Shakespeare ha dado relatos detallados del oro en imágenes y simbolismo. Por ejemplo, en el “Mercader de Venecia” escribe: “no es oro todo lo que reluce”. El bardo lo usa aquí, en un contexto específico para explicar el significado y la singularidad oro, y como a veces las personas juzgan mal a los demás solo por sus valores nominales.
El oro siempre fue aceptado como un metal de gran valor monetario. La literatura india está llena de frecuentes referencias al oro como objeto de adoración y como regalo sagrado para sus dioses y diosas. Así mismo, la literatura china tiene abundante material en el que el oro se ha utilizado alegóricamente o se hace referencia a él físicamente.
Después de la fiebre del oro en California, los escritores y poetas encontraron nuevas vías para trabajar. Se les ocurrieron historias emocionantes y aventureras que cautivaron a los lectores. El oro adquirió un nuevo estatus en la literatura, pero esta vez puramente materialista. Las historias de la caza del oro, y cómo los personajes de las novelas hacían su viaje de la pobreza a la riqueza, encontraron una gran atracción para los lectores, especialmente para la generación más joven.
Por ejemplo, Mark Twain, en “The Californian’s Tale”, atrajo la atención de todos cuando se publicó por primera vez. No se trataba solo del oro y valor estético o monetario. Era la historia de un hombre triste en el contexto de la fiebre del oro de California. Esta breve historia trata sobre los factores socioeconómicos que rodearon esa época en particular.
El oro siempre encontrará nuevas dimensiones para expresarse en nuestra literatura. La razón es su atractivo universal y tal vez eterno, que se ha apoderado de la humanidad desde hace siglo. Así lo muestra, Robert Frost, quien proyectó una imagen diferente. Él era de la opinión de que el oro, como todos los demás materiales, no es eterno. En su poema “Nothing Gold can Stay”, se refiere solo al color dorado, pero su lógica sugiere que el oro no es algo que se quede contigo para siempre.
Lo que queda claro, es que el oro ha influido mucho en toda nuestra historia. En la actualidad, no solo destaca por su valor estético y económico, sino por una gran cantidad de aplicaciones prácticas en muchos campos. En Finitec somos especialistas en la aplicación del dorado a cantidad de tratamientos. Visite nuestra página web: www.finitec-eletrolisis.com y conozca nuestras especialidades relacionadas con el oro y otros metales.