Muchos de nosotros no somos modelos, ni estamos acostumbrados a estar delante de las cámaras. Y sí, es verdad que a veces da un poco de vergüenza posar o no saber como hacerlo, pero esto no será un inconveniente a la hora de hacerse fotos siguiendo unos trucos. Antes de todo, lo natural es lo más bonito, así que tampoco hay que buscar una perfección absoluta.
Hay que relajarse y disfrutar, al fin y al cabo es para pasártelo bién.
Lo primero que se tendrá en cuenta es la postura de nuestro cuerpo, esta no tiene que estar rígida. Suéltate y prueba con distintas poses: piernas levemente separadas, sentada mirando hacia el lado opuesto a la cámara, cruza las piernas, en movimiento, ya sea andando o haciendo un giro mirando al fotógrafo...
¿Y qué hacemos con las manos?
En numerosas ocasiones no sabemos dónde colocarlas, y no saldremos siempre con las manos en los bolsillos o cruzadas. Utiliza la mano para desviar el pelo del rostro, en la cintura, hacia los lados como cuando giras alrededor tuyo o apoyando tu rostro en ellas.
Hay un sinfín de poses con las cuáles puedes jugar, en cuanto te sientas más comodo notaras que te sale solo, también puedes ver las fotografías de influencias para inspirarte.
Así que no le temas a una sesión de fotos y disfruta de ella para tener esas fabulosas capturas.