21 de noviembre – Día Internacional de la Televisión
Madrid, 19 de noviembre de 2020 – El 17 de diciembre de 1996 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de noviembre como el Día Internacional de la Televisión. Desde sus inicios, el medio ha permanecido en un estado de cambio constante. Te invitamos a hacer una pausa para hacer balance y obtener una perspectiva más amplia de su historia.
Los temas de este comunicado de prensa:
- Tiempos de cambio
- Más amplia, más plana, más ligera, más inteligente
- La nueva forma de ver la televisión
- Una red fuerte para asegurar el mejor entretenimiento
Tiempos de cambio
Cuando a finales del siglo XIX se televisaron las primeras imágenes en pantallas mate, nadie llegó a pensar en la rapidez con que se extendería la televisión y en cómo evolucionarían tanto el contenido como la tecnología. Hoy en día, con sólo tocar un botón podemos traer el mundo entero fácilmente a nuestro salón en calidad 4K y con sonido envolvente – lo cual era inconcebible por aquel entonces. Sin embargo, el 22 de agosto de 1931 se da un salto cuántico cuando Manfred von Ardenne presenta la primera televisión totalmente electrónica transmitida por ondas de radio en la Exposición de Radio de Berlín.
Más de dos décadas después, la historia de la televisión en España nace la tarde del domingo 28 de octubre de 1956 con las primeras emisiones regulares desde los estudios iniciales de TVE en Paseo de la Habana. La inauguración fue seguida por un reducido número de espectadores debido a dos motivos principales: la señal no alcanzaba más de 70 km y solo se habían vendido alrededor de 600 televisores debido a su elevado precio – entre 24.000 y 32.000 pesetas. En el año 1969, TVE estrena las emisiones en PAL, lo cual le permitía técnicamente emitir programas en color. Sin embargo, debido a la falta de infraestructura, la supresión definitiva del blanco y negro no llega hasta 1977.
Más amplia, más plana, más ligera, más inteligente
Las formas y tamaños de los televisores actuales eran tan inconcebibles como su popularidad. Hasta finales de los años 90, cada dispositivo pesaba unos 50 kilogramos y tenía una pantalla de 31,5 pulgadas. Finalmente, en 1999, el primer televisor de pantalla plana ve la luz con un precio de venta de 13.000 euros. Dos años más tarde, los primeros televisores LCD llegan al mercado y los precios de las pantallas grandes disminuyen drásticamente durante los años siguientes. Los televisores inteligentes con conexión a Internet se introducen alrededor de 2010, permitiendo por primera vez la reproducción de contenidos en pantalla grande. Aquello que inicialmente parecía un buen truco anunció una revolución completa. Seguramente muchos de nosotros todavía recordamos los tiempos en que la pregunta “¿Qué veremos esta noche?” se respondía echando un vistazo a la guía de televisión. Esto ya no sucede prácticamente debido a que existen guías de streaming, como JustWatch.com, que ayudan a tomar la decisión. Los servicios de streaming llevan superando a la televisión tradicional mucho tiempo, hecho que probablemente no sorprenda a nadie, puesto que simplemente se adapta mejor a los tiempos actuales. Todo el contenido está disponible bajo demanda con sólo pulsar un botón, en cualquier momento que se desee. Nadie quiere perderse el comienzo de su película favorita sólo porque no ha podido encender la tele a tiempo.
La nueva forma de ver la televisión
Las ventajas del streaming online no se limitan a la flexibilidad. Por ejemplo, su oferta de contenido es muy amplia. Los principales servicios de streaming cuentan con un catálogo repleto de películas, series y documentales. Puedes encontrar tanto clásicos de culto como éxitos actuales. De hecho, cada vez es más frecuente ver en exclusiva el estreno más esperado de la temporada en una plataforma de streaming. Esto se debe a que los proveedores de servicios específicos han estado produciendo su propio contenido desde hace bastante tiempo.
A todo ello hay que añadirle la facilidad de uso sin precedentes. Sin necesidad de insertar ningún DVD o Blu-Ray, los contenidos están inmediatamente listos para su reproducción, en muchos casos con una resolución de 4K y con una extensa selección de idiomas para reproducir en audio o subtítulos. Gracias a ello, por ejemplo, podemos leer los diálogos mientras escuchamos la banda sonora original de una película extranjera. Dependiendo del dispositivo de reproducción o de la Smart TV que se utilice, su funcionamiento puede simplificarse aún más mediante el uso de un control de aplicaciones o un asistente de voz. Con todas estas comodidades es casi imposible que la televisión tradicional o una colección de películas personales alcancen la altura de estos servicios.
Sin embargo, la revolución del cine en casa trae consigo nuevos desafíos, especialmente para la red doméstica. Para evitar que los éxitos de Hollywood se vean en la pantalla como una mezcla de píxeles, los dispositivos correspondientes deben disponer de la mejor conexión a internet posible.
Este hecho se hace patente en un hogar, donde existen múltiples flujos que corren en paralelo. Por ejemplo, los padres pueden estar viendo un documental en el salón, mientras los niños, en su habitación, ven la última temporada de una serie o animan a su equipo de fútbol favorito el día del partido. Ante esta situación, muchas redes domésticas se agotan rápidamente, sobre todo si un router antiguo actúa como único punto de acceso Wi-Fi.
Una red fuerte para asegurar el mejor entretenimiento
Tan sólo un reducido número de hogares tiene cables de red incorporados o múltiples puntos de acceso Wi-Fi. Esta situación no es sorprendente teniendo en cuenta que la renovación es costosa y muy pocos de nosotros queremos tener aún más dispositivos técnicos en casa. Afortunadamente, las redes domésticas de alto rendimiento pueden instalarse de forma casi invisible, por ejemplo, con las soluciones de devolo. Esta compañía alemana, con sede en Aquisgrán, ha sacado tarjeta roja a la conexión Wi-Fi débil. Por ello, desde 2002, tiene como misión principal mejorar las redes domésticas de una manera sencilla, rápida y segura.
Esto es posible gracias a pequeños adaptadores que transforman cualquier toma de corriente en un punto de acceso a Internet de alta velocidad. Se puede elegir entre Wi-Fi por cable o mesh de última generación. La ventaja del enfoque modular es que los adaptadores llevan el acceso online directamente al lugar donde se necesita, sin llamar la atención. Eso los convierte en los compañeros ideales para el cine en casa de última generación. Una buena conexión a Internet es al entretenimiento lo que las palomitas a una noche de cine.