¿Es posible cambiar nuestra forma de comer? Sí. Aunque a primera vista parezca imposible o difícil de llevar a cabo la alimentación es un hábito que se puede modificar con la ayuda de un profesional de la dietética o la nutrición. Es lo que en términos profesionales se denomina reeducación alimentaria. Y se refiere a los procesos llevados a cabo con un paciente para modificar su dieta para alcanzar unos objetivos concretos.
Nuestra forma de alimentarnos es la consecuencia de múltiples variables. Hay que mirar a la infancia, a la juventud, a los problemas alimenticios que hayamos podido tener a lo largo de nuestra vida, los prejuicios, el precio de los alimentos, la crisis, a la forma de alimentarse de tu pareja, o de tus hijos…. Piénsalo bien. Todo influye a la hora de hacer la lista de la compra y hacer una dieta.
Puede que tus padres llevaran un tipo de dieta en el que no incluían verduras porque no les gustaban. Suceden en muchas familias y ello provoca que a los hijos tampoco tengan la costumbre de comer verduras. Imagina la carencia de nutrientes que pueden tener a lo largo de su vida.
Los prejuicios también nos influyen a la hora de alimentarnos. Por ejemplo, “que el pan engorda”. Seguro que lo has escuchado cientos de veces, y no es cierto del todo siempre que se coma con moderación. El pan tiene hidratos de carbono y estos son imprescindibles en cualquier dieta.
Los profesionales de la dietética y la nutrición analizan todos estos aspectos en profundidad para determinar las causas del origen de una mala alimentación o hábitos poco saludables.
A menudo no es sólo cuestión de escribir en un papel los nuevos platos que se deben cocinar para alcanzar los objetivos: bajar de peso, obesidad… Si no trabajar psicológicamente para convencernos de que esos cambios son buenos para nosotros. Hay que creer en ellos. Y de eso se encarga el campo de la psiconutrición. Técnicas de psicología adaptadas al ámbito de la alimentación para ayudar a las personas a alimentarse mejor.Una forma de reeducar a las personas en temas nutricionales.
Los nutricionistas y dietistas trabajan de forma habitual con psicólogos y psiquiatras cuando el problema es un trastorno alimenticio: anorexia, bulimia…Son palabras mayores que deben ser tratadas por profesionales y después tener un apoyo en la consulta dietista.